El conocimiento de una materia nos debe hacer comprender que no podemos sentar cátedra sobre un tema, valiéndonos de ese mismo saber para aplicarlo como un escudo ante las opiniones que nos refuten. Aplicar ese tipo de argumentos no solo nos lleva a aislarnos de la realidad, sino que de forma insoslayable nos precipita a una cadena de errores de las que difícilmente seremos capaces de salir, por mucho se nos planteen las dudas razonables hacia las que pretendamos encontrar la verdad. Existe una clara diferencia entre la búsqueda a través del estudio para descubrir y sorprendernos con la propia naturaleza del universo, a que utilicemos esas mismas técnicas para corroborar nuestras hipótesis, pues en la mayoría de los casos podremos caer en la tentación de ignorar aquellas pruebas que contradicen nuestros estudios, por la simple razón de que buscamos a cualquier precio la victoria en un análisis que debería ser imparcial y objetivo.
Juan Pedro Glez. Hdez.