Es probable que el caso que nos remite esta disertación no haya sido en su momento intencionada, pero si es probable que haya posteriormente sido impulsada de forma soslayada para ocultar un exponente que en si mismo goza de un carácter negativo, por mucho que se intente en la actualidad edulcorar con un blanqueamiento de la historia. No se puede por tanto enjuiciar de forma preliminar aquellos periodistas e historiadores que utilizan el término de globalismo para ocultar las miserias del régimen comunista y sus intenciones genocidas y espurias en la actualidad. Aunque no deja de ser sospechoso que cuando se les recrimina en la actualidad por la similitud de ambos conceptos, respondan taxativamente y de forma displicente, que hablar en la actualidad de comunismo es poco más o menos que de analfabetos y cortos de entendederas.
Ignorar con una actitud tan altanera y vehemente, las barbaridades más que actuales de una serie de dictaduras por todo el mundo, hace muy sospechosa su credibilidad. Y lo cierto es que en la mayoría de los casos, se advierte en sus discursos siempre una velada condescendencia y admiración por economías como la China, que de mantener algún tipo de solvencia económica en la actualidad, no es gracias a sus logros financieros, sino a la extorsión, chantaje y robo sistemático de los caudales públicos de los países que de forma directa o indirecta a llegado a esos puntos de necesidad por las políticas socialistas, impulsadas al mismo tiempo por el Partido Comunista Chino. Del mismo modo que es bastante desagradable escuchar por voces que suelen parecer bastante autorizadas que este mismo régimen goza de toda la confianza y garantías, cuando directamente están relacionados con el narcotráfico, mercado de seres humanos para todo tipo de actividades ilegales, junto a una red de intoxicación mediática por todo el mundo, que hace pensar que estos periodistas de actitud disidente, forman parte de ese periodismo a sueldo de la mafia comunista.
Es necesario por tanto, volver a definir las cosas por su nombre original. Dejando de lado los nuevos clichés de unos mensajes más que dudosos e intoxicados, que con toda seguridad pretenden desviar nuestra atención hacia problemas más evidentes, mientras somos víctimas de la taimada picaresca de unos medios que juegan con las palabras para olvidar que el enemigo lo tenemos en casa.
El globalismo siempre ha sido una consecuencia de la actitud del comunismo. Pues su única intención siempre ha sido la de extenderse como un cáncer en metástasis, para alojarse como un parásito en todo lugar que pueda explotar y chupar su sangre como una lamprea sobre otro ser vivo. Si de algo tenemos que estar seguros, es que la función de los globalistas es expandir su ideología totalitaria y destructiva, que tiene sus raíces en el marxismo. El cual solo ha mutado de piel, pero que esconde la misma intención que en su origen, que es el comunismo o el caos.