Expertos en contraterrorismo de Estados Unidos, Marruecos y Brasil expusieron en el Seminario Internacional del Centro de Estudios sobre Crimen Organizado Transnacional "Impacto de la Pandemia COVID-19 sobre los Grupos Terroristas en el Mundo". organizado por la Red Mundo Sostenible, que es integrado por el Real Instituto Elcano, el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata, y el Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia de la de la Universidad de las Américas de Puebla.
Convergencia entre terroristas y el crimen organizado
En su exposición “Las amenazas de Hezbollah y de Irán en las Américas”, Celina Realuyo, ex diplomática y comentarista habitual en CNN y Deutsche Welle, afirmó que “se habla mucho de terrorismo, pero las Naciones Unidas no tiene una definición en común. Por eso me voy a referir al marco legal de EE. UU.: “es el uso ilegal de la fuerza y la violencia contra personas o bienes para intimidar o coaccionar a un gobierno, la población civil o cualquier segmento del mismo, en pro de objetivos políticos o sociales”, por lo que tenemos una manera de designar grupos terroristas extranjeros y en el caso de Hezbollah, es uno de ellos”.
Recordó que “hace siete años, en la Universidad Nacional de Defensa, publicamos un libro que se llama “Convergencia” en el que propugnamos la idea en que ya no se puede enfocar solo en grupos terroristas con el crimen organizado, porque estábamos observando una convergencia de estas redes ilícitas que compartían también los mismos facilitadores y recursos.
Esa convergencia la vemos, por ejemplo, en Isis en Irak, Siria y más allá; los Talibanes, Red Haqqani y Al Qaeda en Afganistán; A Qaeda en el Magreb Islámico; Boko Haram en Nigeria, las FARC en Colombia, Sendero Luminoso en Perú, y Hezbollah en las Américas”.
La especialista que, asimismo, se desempeña como profesora del Centro William J. Perry de Estudios Hemisféricos de Defensa de la Universidad Nacional de Defensa, dijo categóricamente que “Hezbollah para EE. UU. es un grupo terrorista, enfocada en su ala militante. Antes de los trágicos atentados del 9/11, Hezbollah era el responsable de más muertos y atentados a los americanos, como a la Embajada y escuadrón de Marines en Líbano, pero no hay que olvidar que es el ´proxy´ (agente) de Irán y tiene influencia en otros países más allá del Líbano, ellos son los guerrilleros en la guerra civil de Siria y los operativos en la guerra del Yemén. También es un movimiento político que tiene puestos en en el gobierno de Líbano”.
Diáspora libanesa chiíta
Explicó que “la presencia de Hezbollah en otras latitudes dependen mucho de una diáspora libanesa fuera del Medio Oirente, que en su mayoría son cristianos y un pequeño porcentaje son musulmanes. Nos interesan los que son musulmanes chiítas que apoyan a Hezbollah y hay muchos de ellos en las Américas.
No es un secreto, que lleva ya muchos años, la presencia de facilitadores y los que comparten la ideología extremista de Hezbollah, como en la conocida Triple Frontera (Paraguay, Argentina y Brasil). Hay que reconocer que Hezbollah e Irán son los culpables de los trágicos atentado a la AMIA, en Argentina”.
“Ellos –agregó- tienen testaferros y líderes que manejan el narcotráfico y lavado de dinero, como por ejemplo, de Ayman Joumaa, libanés-colombiano, que maneja una red de comercios y compañías de fachada para mover el dinero y cocaína desde Colombia hacia los mercados de Medio Oriente y Europa, que sirve para apoyar a los militantes de Hezbollah”.
Lavados de dinero
Mencionó, por otra parte, que hay un caso importante como el del Lebanese Canadian Bank, “que fue una venta de carros usados desde Estados Unidos que desviaron contendores hacia Panamá, Colombia y Venezuela, para añadirles en esos contenedores cocaína, e hizo el viaje hacia África, en donde separaron la cocaína de los coches, para llevarla a Europa. Las ganancias fueron utilizadas para reciclarlas y comprar nuevamente coches usados en Estados Unidos, pero también entraron los ingresos a cuentas de militantes en el Lebanese Canadian Bank, aquí hay un caso de convergencia entre crimen organizado y el terrorismo de Hezbollah”.
La catedrática hizo referencia a que recientemente se detectó el lavado de dinero para el financiamiento de Hezbollah: “hace dos años en Argentina, se congelaron los activos de 14 sospechosos financieros de Hezbollah, en un casino en la frontera de Paraguay y también en el caso de Brasil, detuvieron en Iguazú a Assad Ahad Barakat, el hombre más buscado de Hezbollah. La cooperación internacional ha sido efectiva especialmente contra el grupo Hezbollah en la Triple Frontera, por el financiamiento al terrorismo”, recordó.
Aplaudió que Argentina, Paraguay y Colombia hayan calificado a Hezbollah como grupo terrorista internacional. “Es un acontecimiento muy importante para los que trabajamos en el tema de contra terrorismo en Sudamérica”, señaló con satisfacción.
“Con el impacto del Coronavirus –prosiguió- Hezbollah depende mucho de su base en Líbano e Irán, por lo que está afectando su financiamiento. Irán es un país muy afectado a nivel sanitario y en Líbano es más político y económico, más que sanitaria, que distrae a Hezbollah en aventuras locales que en el extranjero”.
Preguntó “¿Por qué nos interesa Hezbollah e Irán en nuestro hemisferio? Lleva muchos años su presencia, pero últimamente hemos visto lazos estrechos entre Irán y Venezuela, en gasolina y alimentos. No es un secreto que el régimen de Maduro –es un Estado criminalizado- alberga muchos grupos armados y terroristas, como FARC, ELN o Hezbollah”, adujo.
Relató que hace pocos días se detuvo a Álex Saab, colombiano de ascendencia libanesa, en Cabo Verde. “Es el testaferro más importante de Maduro, que estaba en camino a Irak. Nos interesa porque tiene muchos contactos con libaneses de Hezbollah. Es lavador de dinero y narcotraficante y Estados Unidos pidió su extradición. Es un ejemplo, entre muchos, que Maduro da pasaportes diplomáticos a redes ilícitas”, afirmó.
Informó que el Covid-19 impacta en grupos terroristas y criminales, porque paraliza su comercio global, controla su libertad de movimiento, porque hay más vigilancia de las autoridades, por lo que corren más riesgo, más dependencia al ciberespacio. Tienen dificultades en reclutar y recaudar dinero para su financiamiento. En ciertos casos están fortaleciendo sus lazos con la comunidad local para proveer servicios sociales en donde no está el Estado.
“¿Qué podemos hacer para contrarrestar las amenazas terroristas en las Américas en la era de Covid-19? Monitorear los caminos globales utilizados por los terroristas y criminales. Enfocarse en los facilitadores y testaferros que son claves para que los terroristas se mantengan. Analizar los nuevos blancos que los terroristas podrían atacar y promover la información e inteligencia compartida a nivel nacional, regional e internacional”, recomendó.
Manifestó, finalmente, que se detectó que miembros del Hezbollah intentaron ingresar a Estados Unidos en las caravanas desde México y Nicaragua.
Convergencia entre terroristas y el crimen organizado
En su exposición “Las amenazas de Hezbollah y de Irán en las Américas”, Celina Realuyo, ex diplomática y comentarista habitual en CNN y Deutsche Welle, afirmó que “se habla mucho de terrorismo, pero las Naciones Unidas no tiene una definición en común. Por eso me voy a referir al marco legal de EE. UU.: “es el uso ilegal de la fuerza y la violencia contra personas o bienes para intimidar o coaccionar a un gobierno, la población civil o cualquier segmento del mismo, en pro de objetivos políticos o sociales”, por lo que tenemos una manera de designar grupos terroristas extranjeros y en el caso de Hezbollah, es uno de ellos”.
Recordó que “hace siete años, en la Universidad Nacional de Defensa, publicamos un libro que se llama “Convergencia” en el que propugnamos la idea en que ya no se puede enfocar solo en grupos terroristas con el crimen organizado, porque estábamos observando una convergencia de estas redes ilícitas que compartían también los mismos facilitadores y recursos.
Esa convergencia la vemos, por ejemplo, en Isis en Irak, Siria y más allá; los Talibanes, Red Haqqani y Al Qaeda en Afganistán; A Qaeda en el Magreb Islámico; Boko Haram en Nigeria, las FARC en Colombia, Sendero Luminoso en Perú, y Hezbollah en las Américas”.
La especialista que, asimismo, se desempeña como profesora del Centro William J. Perry de Estudios Hemisféricos de Defensa de la Universidad Nacional de Defensa, dijo categóricamente que “Hezbollah para EE. UU. es un grupo terrorista, enfocada en su ala militante. Antes de los trágicos atentados del 9/11, Hezbollah era el responsable de más muertos y atentados a los americanos, como a la Embajada y escuadrón de Marines en Líbano, pero no hay que olvidar que es el ´proxy´ (agente) de Irán y tiene influencia en otros países más allá del Líbano, ellos son los guerrilleros en la guerra civil de Siria y los operativos en la guerra del Yemén. También es un movimiento político que tiene puestos en en el gobierno de Líbano”.
Diáspora libanesa chiíta
Explicó que “la presencia de Hezbollah en otras latitudes dependen mucho de una diáspora libanesa fuera del Medio Oirente, que en su mayoría son cristianos y un pequeño porcentaje son musulmanes. Nos interesan los que son musulmanes chiítas que apoyan a Hezbollah y hay muchos de ellos en las Américas.
No es un secreto, que lleva ya muchos años, la presencia de facilitadores y los que comparten la ideología extremista de Hezbollah, como en la conocida Triple Frontera (Paraguay, Argentina y Brasil). Hay que reconocer que Hezbollah e Irán son los culpables de los trágicos atentado a la AMIA, en Argentina”.
“Ellos –agregó- tienen testaferros y líderes que manejan el narcotráfico y lavado de dinero, como por ejemplo, de Ayman Joumaa, libanés-colombiano, que maneja una red de comercios y compañías de fachada para mover el dinero y cocaína desde Colombia hacia los mercados de Medio Oriente y Europa, que sirve para apoyar a los militantes de Hezbollah”.
Lavados de dinero
Mencionó, por otra parte, que hay un caso importante como el del Lebanese Canadian Bank, “que fue una venta de carros usados desde Estados Unidos que desviaron contendores hacia Panamá, Colombia y Venezuela, para añadirles en esos contenedores cocaína, e hizo el viaje hacia África, en donde separaron la cocaína de los coches, para llevarla a Europa. Las ganancias fueron utilizadas para reciclarlas y comprar nuevamente coches usados en Estados Unidos, pero también entraron los ingresos a cuentas de militantes en el Lebanese Canadian Bank, aquí hay un caso de convergencia entre crimen organizado y el terrorismo de Hezbollah”.
La catedrática hizo referencia a que recientemente se detectó el lavado de dinero para el financiamiento de Hezbollah: “hace dos años en Argentina, se congelaron los activos de 14 sospechosos financieros de Hezbollah, en un casino en la frontera de Paraguay y también en el caso de Brasil, detuvieron en Iguazú a Assad Ahad Barakat, el hombre más buscado de Hezbollah. La cooperación internacional ha sido efectiva especialmente contra el grupo Hezbollah en la Triple Frontera, por el financiamiento al terrorismo”, recordó.
Aplaudió que Argentina, Paraguay y Colombia hayan calificado a Hezbollah como grupo terrorista internacional. “Es un acontecimiento muy importante para los que trabajamos en el tema de contra terrorismo en Sudamérica”, señaló con satisfacción.
“Con el impacto del Coronavirus –prosiguió- Hezbollah depende mucho de su base en Líbano e Irán, por lo que está afectando su financiamiento. Irán es un país muy afectado a nivel sanitario y en Líbano es más político y económico, más que sanitaria, que distrae a Hezbollah en aventuras locales que en el extranjero”.
Preguntó “¿Por qué nos interesa Hezbollah e Irán en nuestro hemisferio? Lleva muchos años su presencia, pero últimamente hemos visto lazos estrechos entre Irán y Venezuela, en gasolina y alimentos. No es un secreto que el régimen de Maduro –es un Estado criminalizado- alberga muchos grupos armados y terroristas, como FARC, ELN o Hezbollah”, adujo.
Relató que hace pocos días se detuvo a Álex Saab, colombiano de ascendencia libanesa, en Cabo Verde. “Es el testaferro más importante de Maduro, que estaba en camino a Irak. Nos interesa porque tiene muchos contactos con libaneses de Hezbollah. Es lavador de dinero y narcotraficante y Estados Unidos pidió su extradición. Es un ejemplo, entre muchos, que Maduro da pasaportes diplomáticos a redes ilícitas”, afirmó.
Informó que el Covid-19 impacta en grupos terroristas y criminales, porque paraliza su comercio global, controla su libertad de movimiento, porque hay más vigilancia de las autoridades, por lo que corren más riesgo, más dependencia al ciberespacio. Tienen dificultades en reclutar y recaudar dinero para su financiamiento. En ciertos casos están fortaleciendo sus lazos con la comunidad local para proveer servicios sociales en donde no está el Estado.
“¿Qué podemos hacer para contrarrestar las amenazas terroristas en las Américas en la era de Covid-19? Monitorear los caminos globales utilizados por los terroristas y criminales. Enfocarse en los facilitadores y testaferros que son claves para que los terroristas se mantengan. Analizar los nuevos blancos que los terroristas podrían atacar y promover la información e inteligencia compartida a nivel nacional, regional e internacional”, recomendó.
Manifestó, finalmente, que se detectó que miembros del Hezbollah intentaron ingresar a Estados Unidos en las caravanas desde México y Nicaragua.