La
situación que se está viviendo en el planeta en la actualidad es
indudable que marca un hito en la historia del ser humano. Los
procesos que se vienen viviendo no son particularmente escabrosos o
llamativos en su conjunto, dada que la situación vivida no es en
términos humanos mucho peor de lo que ha ocurrido en las guerras y
conflictos que hemos sufrido en el pasado. Lo que si cabe destacar es
la fragmentación que se ha de producir a raíz de los
acontecimientos que en corto y medio plazo se están llevando a
cabo, mientras una gran parte de la población del planeta ha sido recluida y excluida de unas decisiones que afectarán de forma perpetua a nosotros y las generaciones futuras.
cabo, mientras una gran parte de la población del planeta ha sido recluida y excluida de unas decisiones que afectarán de forma perpetua a nosotros y las generaciones futuras.
Es
complejo, por no decir imposible, dilucidar quien o cuales son los
motivos y motores que está impulsados tales acontecimientos. Pero
podemos realizar una visión panorámica en su conjunto, haciendo
referencia a la famosa frase de "Follow the money" que
llevó en el año 1974 a la dimisión de Richard Nixon. Lo que nos
lleva a valorar la situación desde la premisa que más allá de las
armas, las intrigas o los conflictos, los imperios se levantan y caen
bajo las mentes estrategas que impulsan la economía.
Al
tener una visión periférica de las acciones que se vienen
acometiendo en nuestro mundo desde finales del siglo pasado, no es
disparatado plantear la cuestión de si todos los sucesos que se
están produciendo son más parecidos a los bandazos de timón de una
nave sin piloto ni rumbo, más que las finas y telúricas
conspiraciones de una serie de familias y corporaciones que ya por si
manejan por descontando el valor y flujo del dinero, pero que aún
así se comportan como si un numen autodestructivo les impulse a
tomar decisiones irracionales que les producen más problemas que
beneficios.
Desde
luego que si las mentes más privilegiadas y sibilinas se encuentran
al mando de un sistema que pretende manejar a la población bajo el
llamado Nuevo Orden Mundial, están sin duda haciendo un trabajo de
pena. Yo por mi parte, me considero un simple investigador
aficionado, que ama la lectura y el conocimiento, con más tiempo y
menos recursos, pero con una relativa fluidez mental que me permite
ver, siempre desde mi humilde opinión, un caos en toda regla, que
lejos de dar sensación de una continuación hacía un plan global,
como el que se podía percibir durante la mitad del siglo XX, donde
ciencia y economía parecían carecer de límites. O como ya
sucediera en el siglo anterior con la revolución industrial, es en
este caótico y desenfrenado siglo XXI, donde ciencia, arte, política
y economía, parecen estar empeñados en mantener una conducta
suicida que busca la autodestrucción en una carrera imparable en
dirección a un precipicio, atendiendo a una inmolación inspiradora
que lejos tiene que ver con ese control global que parecen empeñados
en vendernos todos aquellos que simplificando la situación,
prefieren ser victimas de conspiraciones alienígenas antes que
aceptar que estamos en manos de lerdos y pollinos en la que tanto
ellos como nosotros acabaremos entrando en una segunda época del
Medievo, donde fe, pobreza y superstición, nos sepultó en una de
las etapas más obscuras de la historia del hombre.