El
objetivo de exhumar todos los testimonios de la Antigüedad durante
el Renacimiento no era únicamente por un deseo de acrecentar el
conocimiento, sino ofrecer otro modelo de comportamiento a la
sociedad. Estaban descubriendo un nuevo hombre, consciente de sus
capacidades y capaz de modelar su porvenir, a pesar de la existencia
del destino, al cual querían de
algún modo superar. Donde mejor se refleja esta nueva concepción vital, se encuentra expresada en el Discurso acerca de la dignidad humana de Pico de la Mirandola del año 1486, el cual es considerado por gran parte de los historiadores como un auténtico manifiesto del Renacimiento.
algún modo superar. Donde mejor se refleja esta nueva concepción vital, se encuentra expresada en el Discurso acerca de la dignidad humana de Pico de la Mirandola del año 1486, el cual es considerado por gran parte de los historiadores como un auténtico manifiesto del Renacimiento.
Asistimos
de este modo a la recuperación de la esencia del hombre en el
universo. Generando con ello una visión exaltada de las capacidades
humanas, lo cual se fusionó con el desarrollo de las ciencias
empíricas y la recuperación de los textos científicos de la
Antigüedad clásica. Se revindica de esta forma el nuevo modelo de
artista, desvinculado de los gremios, el cual abarca el estudio y uso
de la ciencia de forma multidisciplinar. Encontramos múltiples
ejemplos de este nuevo artista en artistas como Bunelleschi, el cual
destacó como arquitecto, ingeniero y escultor; el pintor Piero della
Francesca que desarrolló también tratados sobre matemáticas y
geometría, o Leonardo da Vinci, el cual abarcó un abanico
sorprendente de disciplinas que lo han llevado a ser icono de una
época.
Fue a partir de esta revolución
renacentista como la pintura y la escultura comienzan a desarrollarse
a través del nuevo enfoque de la óptica. Para ello, las matemáticas
se volvieron una herramienta fundamental para desarrollar las teorías
de la proporción, las cuales quedan por escritas por parte de los
propios artistas de la época, que se conjugan en establecer patrones
matemáticos entre los diversos miembros de un ser vivo,
preferentemente el hombre, el cual se define así mismo como Ser
supremo de la Creación por su capacidad para utilizar la razón, lo
cual le permite tener una visión externa de la esfera sobrenatural.
Estas proporciones humanas comienzan a repetirse para regular la
construcción de la arquitectura en los espacios sagrados,
desarrollándose bajo proporciones matemáticas que se encuentran en
la naturaleza, el universo y por supuesto en la escala humana. Los
artistas desarrollan esta disciplina científica, rescatada del
conocimiento hermético, dando al hombre una visión completada y
ordenada, a través de un enfoque en el que el microcosmos se
desarrolla como un fractal que se contiene así mismo, dando la
capacidad al ser humano de entender las leyes del universo a través
de la razón.