La ignorancia no es
principalmente las falta de conocimientos científicos o la carencia
de datos concretos sobre las materias a debatir, sino algo más
directamente relacionado con el funcionamiento del individuo en la
sociedad. La incapacidad para expresar ideas concretas sobre
conocimientos abstractos que
influyen en las relaciones sociales, al
igual que para comprender los mensajes y fórmulas planteadas por
otros, son un bloqueo sistemático que nos impide tener una relación
fluida con nuestro entorno, careciendo por completo de la capacidad
de comprensión recíproca que existe entre derechos y deberes, los
cuales nos permiten vivir en equilibrio sin actitudes autoritarias o
victimistas. Este tipo de mentalidades estultas, con capacidad
consultiva, pero sin posibilidad de entender la importancia de tal
acción, serán opositores a las reformas necesarias que impliquen
cualquier tipo de sacrificio por el bien común, mientras que serán
las perfectas marionetas de los demagogos que con promesas de falsos
paraísos o vendettas revanchistas para aplacar las
frustraciones de los victimistas, tendrán ese apoyo populista que es
tan fácil obtener entre las masas de pensamiento único. El
auténtico enemigo de la libertad social no es el enfrentamiento
entre una mayoría silenciosa contra una minoría disidente y
reivindicativa, sino el predominio general de la ignorancia como
pensamiento gregario.
No todos los días me levanto con la misma ilusión por compartir este espacio vital con el resto de mis congéneres. Me es complicado en momentos así el encontrar un vínculo similar con las personas y vecinos con los que convivo. En momentos así es cuando más le pido a Dios que me llene de compasión y amor para no caer en la desgracia del desprecio y el odio. Pero también es probable, y es algo que puedo confirmar después de todos mis años de estudio, que vivimos en una de las épocas más miserables de nuestra historia. Desde luego que hemos pasado por épocas en las que el ser humano se ha comportado peor que los animales, haciendo uso de una agresividad y crueldad qué pocas veces podemos ver reflejada en la naturaleza. Pero sin duda ese momento como este cuando disfrutando de las posibilidades que tenemos para adquirir conocimiento, nos dedicamos a la labor más vulgares y despreciable que solo el vicio, la tosquedad y la vulgaridad las han degradado a virtud. No quiero que estas pa...