Gracias a la tecnología, nuestro planeta se encuentra mas unificado que nunca, haciendo que la humanidad tenga esa percepción de aldea global, lo cual no es mas que la suma de coacciones y estímulos a la que estamos sometidos todos los individuos, pero que pretendemos mantener una apariencia de control y dominio sobre ella. Este acercamiento entre culturas y continentes a través de los medios de comunicación y las innumerables normativas de comercio, se vuelve cada vez mas agobiante bajo un sistema de presión sobre todos los habitantes. A su vez, internet va colgando de forma constante, ingentes cantidades de información que no hacen mas que agravar un sentimiento de claustrofobia y vigilancia, donde cada vez nos parece mas complicado mantener un lugar de intimidad , aunque esta sea una palabra que ha perdido su sentido en esta nueva etapa del ser humano. Bajo esta situación de histeria colectiva se comienzan a escuchar las primeras voces disidentes sobre un sistema que parece estar a punto de colapsar sobre si mismo, clamando por una nueva visión de la libertad, que en realidad sigue retomando el mismo concepto. Pues en una época de globalización en la que os individuos buscan refugio en las redes sociales y en la validación instantánea a golpe de un like, un grupo de mentes reclaman el derecho a su soledad, lo cual no es mas que una forma nueva de validación por parte del individuo para exigir su carácter único y especial en una sociedad sobrecargada de egos y con falta de criterios.
Gracias a la tecnología, nuestro planeta se encuentra mas unificado que nunca, haciendo que la humanidad tenga esa percepción de aldea global, lo cual no es mas que la suma de coacciones y estímulos a la que estamos sometidos todos los individuos, pero que pretendemos mantener una apariencia de control y dominio sobre ella. Este acercamiento entre culturas y continentes a través de los medios de comunicación y las innumerables normativas de comercio, se vuelve cada vez mas agobiante bajo un sistema de presión sobre todos los habitantes. A su vez, internet va colgando de forma constante, ingentes cantidades de información que no hacen mas que agravar un sentimiento de claustrofobia y vigilancia, donde cada vez nos parece mas complicado mantener un lugar de intimidad , aunque esta sea una palabra que ha perdido su sentido en esta nueva etapa del ser humano. Bajo esta situación de histeria colectiva se comienzan a escuchar las primeras voces disidentes sobre un sistema que parece estar a punto de colapsar sobre si mismo, clamando por una nueva visión de la libertad, que en realidad sigue retomando el mismo concepto. Pues en una época de globalización en la que os individuos buscan refugio en las redes sociales y en la validación instantánea a golpe de un like, un grupo de mentes reclaman el derecho a su soledad, lo cual no es mas que una forma nueva de validación por parte del individuo para exigir su carácter único y especial en una sociedad sobrecargada de egos y con falta de criterios.