Es probable que la hostilidad que la derecha religiosa muestra ante las ciencias de la naturaleza humana vaya en aumento, aunque esta influencia se dejará sentir más en las exigencias a los políticos que en los cambios en el clima intelectual. La oposición a la teoría de la evolución limita cualquier incursión en los movimientos intelectuales. Tanto si se define como Creacionismo o como el Diseño Inteligente. La negación de la selección natural se desmorona bajo el peso de la abrumadora cantidad de pruebas que demuestran como la teoría es correcta. El problema es que no sabemos cuanto daño va a provocar la negación a la educación científica y la investigación biomédica antes de irse a pique. Por otro lado, los movimientos radicales de la izquierda han dejado una marca sustancial en el mundo intelectual, ya que estos científicos radicales son actualmente la clase dirigente en las universidades y laboratorios. Muchos autores actuales comparan la genética conductista con la eugen...
Juan Pedro Glez. Hdez.