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La catedral de San Pedro de Jaca (Huesca)

La catedral de Jaca, en el Pirineo aragonés, es la primera que se construye en España en la segunda mitad del siglo XI. Fue fundada por Ramiro I, hijo de Sancho el Mayor. Hay datos que confirman que en el año 1063 ya se celebró un Concilio general en el templo, aunque otros documentos aseguran que en esa fecha las obras no estaban concluidas.
En un principio, el templo se cubrió con un techumbre de madera que ardió en varios incendios durante el siglo XV, hasta que fue sustituido por las actuales bóvedas de crucería en el siglo XVI. Y en el siglo XVIII se hizo desaparecer el ábside central semicircular.
Catedral de San Pedro de Jaca
La fachada del templo está precedida por un atrio coronado por un campanario en el que se cobija una portada románica de factura muy primitiva, la cual está adornada con un curioso crismón de ocho radios, flanqueado por dos leones. Este tipo de crismón es único en todo el mundo, encontrándose uno de aspecto muy similar en la portada occidental del antiguo monasterio de Santa María de Santa Cruz de la Serós (Huesca). En la catedral hay otro pórtico al sur con siete capiteles románicos con temas de carácter simbólico y esotérico como bailarines, sirenas, pájaros, al igual que escenas bíblicas como la del Rey David con unos músicos, o la del Rey Salmista tocando la viola. Estas obras fueron realizadas por un personaje local llamado Maestro de Jaca.
El interior del templo forma una planta basilical de tres naves, crucero y tres ábsides. La cubierta de ojivas se apoya sobre arcos de medio punto que se sustentan en pilares cruciformes compuestos, que alternan con columnas rematadas de bellos capiteles. Los ábsides llevan bóvedas de cuarto de esfera. En los muros se abren ventanales de arcos semicirculares con derrame interior que permiten una buena iluminación. En el crucero se levanta el cimborrio octogonal sobre trompas que en el interior forma una cúpula semiesférica apoyada en arcos torales. Los capiteles del interior son de motivos de hojas, entrelazadas con algunos animales e historiados de carácter alegórico, como el de un bello capitel que representa la purificación de las almas en los ríos del paraíso. O el situado frente al atrio que representa al Sixto II, el papa mártir, entregando al diácono Lorenzo, el cáliz con el que los cristianos oficiaron sus primeras misas en Roma, y que la leyenda cuenta que terminó oculto en Huesca.
Capitel de la catedral de Jaca
En las naves laterales se abren doce capillas e las que se mezclan elementos románicos, góticos, platerescos y barrocos, como la capilla renacentista de la Trinidad o la de San Miguel en estilo plateresco. También encontramos un retablo del siglo XVI, obra de Juan de Anchieta, con motivo de Dios padre. Y un retablo del escultor Giovanni Moreto, en el que también colaboraron Gil Morlanes, Gabriel Joly y Juan de Salas.
El templo actualmente también posee un pequeño museo con magnificas obras pictóricas del arte románico, ubicado en el claustro del siglo XVIII.
Crismón de la catedral de Jaca

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