Decir de Dean Potter que fue deportista extremo, alpinista, escalador o saltador base, es quedarse corto. Una vida como la de él, no se limitaba exclusivamente al deporte. Su amor por la montaña. La necesidad de tocar el cielo. Y una constante búsqueda del equilibrio entre la naturaleza y una mente que nunca dejo de volar, lo convirtió en un referente que nos ayudó a reconciliarnos con el miedo. Porque ese sentimiento nunca se supera, sino que nos acompaña toda la vida. Paralizando a muchos de nosotros, o inspirando a seguir adelante a unos pocos. El 16 de mayo de 2015, falleció haciendo aquello para lo que había nacido. Dean Potter fue el hombre que nació para volar.
Juan Pedro Glez. Hdez.